¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es un concepto que describe la incapacidad para empezar una tarea o acción, que se alarga en el tiempo. Durante este proceso suele aparecer un gran malestar caracterizado por la ansiedad y el autocastigo.
Gran parte de la población en algún momento de su vida habrá pasado por una etapa de procrastinación, bien con alguna tarea escolar, laboral o algún trámite administrativo.
Estas actividades se postergan porque son ansiógenas y producen malestar al realizarlas, lo que hace que se eviten hasta que no queda otro remedio que hacerlas o incluso hasta que es demasiado tarde.
La procrastinación y el castigo
En la procrastinación suelen aparecer la sensación de incapacidad, la sensación de que la acción es desagradable, el castigo y la ansiedad. En este caso el castigo suele ser una pieza clave de este puzle de eventos.
El castigo hace que la tarea se vuelva más desagradable, genera ruido mental y aumenta la tendencia a la evitación, haciendo más difícil concentrarse y generar un plan de acción para facilitar que se haga la actividad.
Esto suele venir acompañado de la sensación de fracaso y la sensación de que no se va a poder resolver la tarea: “no la voy a poder realizar porque siempre fallo”, “siempre acabo haciéndolo en el último momento”. Como nos sentimos incapaces, generamos rechazo a la actividad, aplastando la motivación y la capacidad para generar esfuerzos para realizarla.
Este bucle genera mucha ansiedad y bloqueo, lo que se genera evitación, es decir, procrastinación.
Cuando nos comprendemos en vez de castigarnos, generamos una sensación de calma, resolvemos ese boqueo mental, y nos ayuda a ser más flexibles para encontrar soluciones, así no tendremos tanta tendencia a evitar.
¿Cómo podemos mejorar este bucle de la procrastinación?
- Mejorar el diálogo interno para evitar el autocastigo
- Aprender a gestionar pensamientos intrusivos para no sentir culpabilidad
- Aumentar la autoestima y mejorar el autoconcepto que nos servirá para sentirnos más capaces de realizar la acción
- Mejorar la organización para poder afrontar la tarea en pasos más pequeños, para que no sea tan amenazante y no resulte tan desagradable
La educación desde el castigo y el ritmo de vida exigente, son dos realidades que acontecen hoy en día y que hacen más probable que reaccionemos desde la evitación.
La autocompasión y el entendimiento hacia uno mismo, no solo nos facilita reaccionar desde la calma, si no que nos da la oportunidad de cambiar la estrategia de acción de un plan al no existir tanta presión. Además, reducimos el miedo al fallo porque no hay amenaza de más castigo si ocurre.
Cuando la procrastinación ocurre de manera habitual, es bueno acudir a un profesional de la salud mental que pueda ayudarte, permitiéndote aprender a gestionar el autocastigo y el malestar que genera este proceso. De esta manera se consiguen beneficios tales como el aumento de la autoestima, la capacidad para gestionar la evitación y sobre todo el bienestar en el día a día.
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