Una de las primeras preguntas que uno se plantea cuando piensa en ir a terapia es ¿de verdad me hace falta ir? ¿estoy tan mal como para necesitar ayuda?
No es imprescindible experimentar un gran malestar para que un psicólogo te pueda apoyar, pero si estás un poco despistado, aquí te enumero diez pistas para que puedas tener algo más claro si te vendría bien o no ir a sesiones de psicología:
- SENSACIÓN DE INESTABILIDAD:
¿Has tenido alguna vez la sensación de que tu vida no para, que da igual lo que hagas al final es imposible que te gestiones bien, lo que hace que sientas una montaña rusa de emociones que muchas veces te deja paralizado y sin saber qué hacer?
Es normal vivir etapas en las que nos podemos notar más inestables emocionalmente, o tener sentimientos de que nuestra vida es demasiado cambiante cómo para manejarla. Si son sensaciones que se alargan mucho en el tiempo un terapeuta te puede ayudar a aprender herramientas para gestionar las dificultades diarias para que puedas sentirte más seguro.
- MIEDO/ANSIEDAD:
Si siempre te encuentras poniéndote en lo peor, si cada pequeña gestión diaria se te hace un mundo porque son demasiadas cosas en las que pensar e incluso tus amigos y familiares te dicen que te preocupas demasiado, quizá necesites ayuda.
A pesar de que es normal sufrir ansiedad en algún momento puntual, cuando se convierte en algo habitual y difícil de gestionar, en terapia podrás ir enfrentándote poco a poco a las situaciones ansiógenas, además de aprender sobre ellas y cómo funcionan, para que puedas vivir más tranquilo y con bienestar.
- DESMOTIVACIÓN/TODO DA IGUAL:
Puede que te encuentres sin ganas de hacer nada. Parece que todo te da igual y siempre acabas sufriendo las consecuencias negativas de no conseguir hacer cosas por ti o por los demás en el día a día.
Cuando todo te da igual y no hay motivación para hacer las cosas, es importante acudir a un psicólogo, ya que necesitamos realizar actividades que nos gusten, nos animen, que sean significativas para nosotros para poder llevar una vida plena y satisfactoria.
- INSATISFACCIÓN CON LA PROPIA VIDA:
¿Te parece que hagas lo que hagas no estás satisfecho, que independientemente de lo que te esfuerces o de las cosas que hagas no consigues disfrutar o tienes la sensación de no haber hecho lo suficiente?
Una de las sensaciones probablemente más frustrantes es no estar satisfecho con lo que conseguimos o hacemos diariamente. En terapia se te puede ayudar a ver la vida de otra manera, o a encontrar las cosas que realmente te hacen feliz.
- SOLEDAD:
¿A veces te sientes solo a pesar de estar rodeado de gente? ¿igual tienes complicaciones para hacer nuevos amigos o mantenerlos?
Esta emoción es posiblemente una de las más devastadoras, no estamos hechos para estar solos, necesitamos el apoyo y la compañía de otras personas. Cuando uno se experimenta soledad de manera continua, incluso si tiene amigos y familia, es importante acudir a un profesional de la psicología que pueda enseñarte a gestionar diferentes cuestiones y dificultades que puedan hacer que no te sientas lo suficientemente acompañado en tu día a día.
- DIFICULTADES PARA HACER TAREAS DE LA VIDA DIARIA:
¿Todo te cuesta una barbaridad, tienes la sensación de que la vida no tendría que ser tan complicada o cansada como lo es para ti, que para los demás no es tan complicado?
Este suele ser uno de los indicadores más potentes para saber si alguien requiere de atención psicológica. Si te es difícil realizar tareas del día a día como cuidar de ti mismo, mantener tu casa limpia, ir a trabajar, tener vida social, etc, lo más probable es que te haga falta ayuda para poder averiguar por qué te está costando y llegar a una solución.
- CULPABILIDAD:
Si siempre te sientes culpable por todo, que la cagas todo el rato, que no sabes hacer nada bien, un psicólogo te puede echar una mano para ver las cosas desde otra perspectiva, enseñarte a poner límites, a discernir cuando realmente esa culpabilidad es un sentimiento basado en una realidad, o en una sensación errónea que estemos teniendo.
- NO PODER DECIR QUE NO:
¿Sientes que no puedes decir que no, que te da miedo que la gente se enfade contigo o se aleje de ti al expresar tus límites y las cosas que quieres hacer?
La asertividad es esencial en nuestro día a día, tanto en el trabajo, como con nuestros amigos y familiares, etc. Si te cuesta mucho decir que no, si te sientes culpable al expresarlo, o tienes miedo de que la gente se vaya a enfadar, un terapeuta te preparará para gestionar todas esas emociones. Así podrás negarte a hacer cosas que no quieres y a poner límites. Mejorarán tus relaciones y además te sentirás muy satisfecho.
- BAJA AUTOESTIMA:
Todos pasamos por momentos complicados con el amor propio, pero cuando es algo que crees que no puedes solucionar, si siempre piensas que no vales, que no eres importante, que no te mereces ser querido, un profesional de la psicología te ayudará a cambiar esas ideas preconcebidas sobre ti, a verte como realmente eres: una persona valiosa y llena de virtudes.
- SOBREPENSAR:
Es muy común el “rumiar” los pensamientos, pero hay veces que resulta un problema, sobre todo si nos vemos obligados a tomar una decisión, o tenemos miedo a que pase algo, o es necesario planear una cosa importante, etc. Un psicólogo puede orientarte para no sobrepensar, a gestionar desde la seguridad, a
Estas son algunas de las razones por las cuales podría ser positivo que acudas a un psicólogo.
Si ves que te identificas con una o varias de estas pistas, no dudes en pedir ayuda!
Lorena Sánchez Puig